Llegamos a La Plata, una bonita ciudad a 1 hora de la capital argentina, con fama de ser cuna de muchos artistas y con una gran movida estudiantil.
Allí, en la estación de autobuses, nos vino a recoger TATA, viejo conocido del mundo del freestyle internacional, y uno de los máximos exponentes del panorama argentino.
En su última aparición estelar en batallas, protagonizó probablemente uno de los mejores duelos de la historia de Red Bull, contra otra máquina y favorito del torneo, su viejo rival: Kódigo. TATA desplegó toda clase de skills para desarmar al rosarino, flows variados, agresividad, humor, puesta en escena… pero sobre todo usó su arma principal: el corazón.
Al bajar del bus, nos encontramos al TATA «persona», no al que desmonta rivales en el escenario, un tipo apasionado por la música; un tipo que vino a por nosotros en su bicicleta, la cual tuvo que atar afuera de la estación ya que no le dejaron entrarla, (primer encontronazo del día con la ley). Un tipo con mucho humor que vive tranquilo en esta ciudad de Buenos Aires.
TATA ya tenía pensado donde quería grabar su freestyle. Nos llevó a la Estación de trenes, un lugar con mucho significado para él, en donde había trabajado haciendo rap para los pasajeros y sacándose sus primeros pesos.
Ya dentro de la estación y cuando íbamos a empezar a grabar, vino la policía y nos echó. No podíamos grabar ahí. Prohibidísimo. Así que anduvimos al costado de las vías del tren hasta alejarnos un poco, y desde allí, con la estación de fondo, TATA escogió la instrumental de CHICHO EN EL BEAT, y se puso a fluir con un concepto claro en la mente: contar en su freestyle lo que probablemente está sucediendo en el mundo en ese momento, y hacerlo a la primera, ya que para él, hablar una segunda vez sobre ese concepto ya no iba a ser freestyle.
TATA es un tipo con personalidad en el rap, con sus ideas propias, con su visión del freestyle y de la cultura en general. Así que estuvimos un buen rato charlando de música y de nuestros puntos de vista, en muchos casos, muy alineados. Nos contó su teoría de que el rap es un arma con tanto poder de movilizar a las masas, que en EEUU lo que hicieron para callar a los rappers fue llenarlos de dinero. Volver ricos a los revolucionarios para que ya no lo sean.
Y así, después de la charla acompañada de un poco de weed, nos despedimos has ta la próxima, que no sabemos cuándo será…
…pero será.
