El pasado 19 de febrero, Bashar Barakah Jackson, mejor conocido como Pop Smoke, fue asesinado a tiros en Los Ángeles. Tenía solo 20 años de edad. En el momento de su muerte, Jackson había estado haciendo música durante menos de 18 meses y, sin embargo, se había convertido quizás en la estrella en ascenso del rap más imperdible de Nueva York.
La semana pasada salió a la luz su segundo álbum, el póstumo Shoot for the Stars, Aim for the Moon, en el que se incluyen 19 canciones con las que nos cautivó y que no hacen más que resaltar la gran pérdida que fue su partida. Algunos temas destacados son “Dior”, “Make it Rain” y “44 bulldog”, de un disco al que se sumaron grandes nombres como 50 Cent, Karol G, Quavo, Lil Baby, y muchos más artistas con una gran popularidad a nivel global.
Las bases del disco no se quedan nada cortas en cuanto a calidad y nombres se refiere y es que el estadounidense cuenta en el álbum con grandes productores como Yamaica, Morbz Beats o el gran 808MeloBeats. Estos hacen que cada canción tenga una gran calidad musical sumada al talento de Pop, que el mundo conoció el año pasado con su hit “Welcome to the party”, lo que se traduce en un álbum plagado de auténticos temazos.
Una de las polémicas que más ha rodeado este disco es su portada. Es que a finales del pasado mes de junio, salió a la luz lo que sería el primer diseño, hecha por Viggil Aboh, creador de la marca de ropa Off White. La imagen recibió una gran cantidad de críticas, quizás por ser demasiado básica y poco inspirada. Finalmente, se decidió cambiarla por un diseño de último minuto dell artista newyorkino Ryder Ripps.

En resumen, un gran álbum deja un mal sabor de boca, tras una tan breve trayectoria y todo lo que ha hecho en ella, no hay duda de que Pop prometía llegar muy lejos. Su último álbum es una gran muestra de ello, y es una gran pena que su legado termine aquí.
Artículo redactado por Darío Porto Toledano, miembro de la Urban Roosters Army.