Toda la primera jornada fue una lucha entre lo crudo y lo cocido: el resultado fueron cuatro réplicas y solo una batalla que terminó sin esta instancia. Esta metáfora -elaborada por el antropólogo Levi Strauss– simboliza el paso de algo previo a la cultura. Las batallas de rap suelen conservar ese registro: el momento en el que la violencia se vuelve palabras y, la lucha de cuerpos y puños, deja de ser un pacto inestable (siempre el más débil puede usar un palo para hacer callar al más fuerte) para volverse un código de convivencia. En este sentido, la FMS intenta a partir de la planilla un nuevo pacto que concilie flow y punchline; es decir, un torneo que no solo valore el golpe de humillación sino también las habilidades de oficio de los MCs.
En este sentido, durante la serie de pruebas se suelen dar dos momentos muy diferentes como se vio mejor que nunca el domingo en Córdoba: un primer momento de destreza -la prueba de las palabras, temáticas y personajes contrapuestos- donde impera la lógica de la nueva escuela; y un segundo -a sangre y deluxe- donde los enfrentamientos se vuelven directos bajo la luz de la vieja escuela en la cual dominar es el único objetivo. Por este motivo, en el primer momento, los freestylers batallan consigo mismo, con sus capacidades y los obstáculos propuestos, tanto es así, que este año, la planilla agregó puntaje extra para aquellos que sigan al pie de la letra la prueba de los personajes contrapuestos. Pues, en esta instancia lo que importa es que batallen los roles asignados y no los MCs enfrentados como sucedía la temporada pasada en las que pocos entendían la dinámica. Sólo en el segundo momento, cuando la improvisación se vuelve libre, los rivales se encuentran frente a frente.
A pesar de lo dicho, el escenario cordobés reclamó desde el principio una vuelta al hardcore, festejando mucho más los golpe directo que los skills; pues, si el diseño del torneo y la planilla intentan registrar las habilidades de cada MC para garantizar un ganador que no sólo domine a su oponente sino también que lo supere técnicamente, la capital cordobesa -al igual que en la temporada pasada- parece ser propicia para un regreso al punchline y a la ley de la selva como manifestación de lo “crudo”. En este sentido, algo muy interesante es lo que dijimos al principio, es decir, que cuatro de las batallas necesitaron de quitar a la planilla del medio para definirse, porque en la réplica ya no existe un modelo tabulado, y otra vez -como en otras competencias- son las manos las que giran para un lado o para el otro.
Así, la segunda temporada empezó con todo, continuando el éxito y la expectativa de la temporada pasada. Sin embargo, si aquella lo había hecho desde la primera velada con dos candidatos firmes: Wos y Papo que se disputaron la punta hasta el final; esta parece prometer una lucha de todos contra todos, de sorpresas, como se dio en la parte de abajo de la tabla. Si el año pasado la frase “cualquiera le puede a ganar a cualquiera” tenía sus excepciones, la noche del domingo pareció ponerse en cuestión. Una posible pregunta es ¿La temporada de la FMS Argentina seguirá así o sólo se trata de la primera fecha? ¿Esta nueva lógica tiene que ver con los cambios de nombres o solo se trata del escenario Cordobés que describimos al principio? Sea como sea, los cierto es que está liga promete -al igual que el año pasado- lucha y emoción asegurada.
Cuando había terminado la competencia me acerqué a un chico que sonreía, y alguien, inesperadamente, le dijo: “esto, todo lo que viste, se lo vas a contar a tus nietos”. Eso me quedó grabado: en la noche de las réplicas; en la que sorprendió Sub como revelación ganándole a Trueno, pero también, la noche que Dtoke acorraló al favorito a puro golpe directo, en la que vimos a Klan con su nueva dentadura y explicó el motivo rapeando él mismo antes de sonreír, en la que Replik fluyó usando un idioma propio y Cacha volvió a la Argentina después de haber sido campeón internacional de Pangea.
MKS vs. Stuart: para empezar
La primera batalla de la noche fue muy pareja desde el principio, quizás, un poco más concentrado Stuart durante las primeras pruebas, y un MKS más creativo durante las mismas. A pesar de esto, no se sacaron muchas ventajas. Luego, con el correr del enfrentamiento vimos a un Stuart usar -como fue sucediendo progresivamente en la temporada pasada- algunos skills basados en el uso de la paronomasia (cambiar un sonido de la palabra para hacerla devenir en otro) y calambures; y a un MKS jugar con flow: el mejor momento fue en la temática “accidentes” cuando combinó éste con la creatividad que mencionamos al principio. Por el otro lado, en el round deluxe su oponente logró acorralarlo atacándolo una y otra vez con el argumento de haber criticado a Cacha en su presentación. Este hecho dejó una sensación de que Stuart había terminado mejor, sin embargo, las planillas dieron réplica, y en ésta, Marcos la ganó por unanimidad.
Cacha vs. Replik: lo profesional y lo real
En varios momentos de la batalla se volvió sobre el tema de los logros pragmáticos y el hip hop como una cultura desinteresada. Cacha volvió a la FMS muy distinto a la última jornada de la temporada anterior: si en aquella se había ido descendido, ahora lo hacía después de la exitosa gira que realizó por varios países de Latinoamérica. En este sentido, argumentaba que la lógica deportiva de las batallas era matar al otro. Ante esto, Replik le respondía que la del freestyle es la de dar vida. Este último, además, lo acusaba, de presumir sus títulos y Cacha le respondió que su oponente también los perseguía. Circularmente el tironeo seguía y seguía y la discusión conseguía hacer enojar -al menos, así parecía- a un Replik que terminaba sus típicas derivas en insultos para su oponente que, también incluía movimientos extraños. En el fondo de la discusión estaba en cuestión la dicotomía muy repetida del año pasado de un estilo más deportivo y efectivo contra otro más artístico y cultural. A nivel de flow, Cacha presentó un fluir más estructural frente a un estilo más basado en skills y procedimientos. El resultado, al igual que la batalla anterior fue una réplica. La decisión final fue para Cacha. En lo personal, incliné hacia su oponente, si bien en el repaso me parece más regular el estilo del de Lobería y, generalmente, valoré y valoro esta virtud, me resultó más impactante y creíble el argumento del hip hop más cerca del arte que de las hazañas deportivas.
Sub vs Trueno: la revelación
Esta batalla fue la mejor de la noche. No sólo porque Sub debutó de manera inmejorable sino por qué su oponente estuvo a la altura de las circunstancias. Si antes de esta presentación sabíamos muy poco del mendocino -hay muy pocas batallas de él- después de esta tenemos muchas certezas: es un freestyler de golpe que a su vez maneja muy bien las técnicas de doble tempo y que puede responder con mucha agresividad. Un paso más allá, si bien es un MC de estructuras, suele utilizar en sus mejores golpes los dos primeros patrones para fluir y los dos segundos para golpear:
———————flow
———————flow
———————A
———————A: Punchline.
Este detalle técnico nos recuerda a Wos que también suele utilizar esta dinámica para hacer que las dos primeras barras dejen de ser relleno sin dejar, a su vez, de ser funcionales al golpe. Como frutilla del postre, en una charla informal, Sub me contó que cuando empezó a improvisar lo hizo de manera oculta, nadie sabía que lo hacía: ni sus padres ni sus amigos. Dos años después se enteraron cuando se anotó en una competencia y no le fue nada mal. Por el lado de Trueno, lo vimos fluir -como nos tiene acostumbrados- acoplándose muy bien a la base y usando, a su vez, varios skills para armar sus barras. En este sentido, este gallo es uno de los más completos de la liga y eso lo hace alcanzar muy altos puntajes en la planilla. La paradoja sigue siendo que, a pesar de esto, suele terminar perdiendo los enfrentamientos. Hubo, sin embargo, un momento en que Trueno pareció encontrar un punto débil en su oponente: Sub había vuelto sobre el argumento repetido de Peligro y lo contrarrestó hablando del padre policía del primero. De este modo, durante el minuto de “A Sangre” hizo una serie de ataques variando sobre esta temática. Otro aspecto llamativo de la batalla es que Trueno -una y otra vez- insistía en que su oponente se las escribía y que él estaba improvisando.
Klan vs. Nacho: para morderte mejor
Si bien no fue por muchísimo, este fue el único enfrentamiento que no necesito de un round más para definirse. Se lo llevó un Klan que se mantuvo más concentrado que otras veces y que, si bien no brilló como en sus mejores noches, le alcanzó para ganarle a un Nacho que empezó a toda máquina y que se fue quedando sin aire. El momento bisagra fue cuando en el minuto “A sangre” Nacho realizó varias intervenciones a doble tempo -intervenciones afortunadas- que terminaron jugándole una mala pasada, pues, luego de varios patrones el esfuerzo pareció cansarlo y se manifestó en su voz. Luego lo vimos errar en el segundo minuto de esta modalidad. En el round deluxe se recuperó pero la ventaja de Klan fue suficiente para llevarse la batalla.
Dtoke vs. Papo: la mirada de Medusa
En la nota previa había dicho que si bien el estilo directo de Dtoke parece ir en contra del formato, también dije que si el Dto está afilado, su estilo hace parecer inofensivas todas las armas de su oponente. Sí, como si se tratara de la mirada de Medusa, logró frenar todo el arsenal de estilos de Papo y ganarle por voto unánime en la réplica. Para hacerlo, basó todo su ataque en dos líneas argumentales que repitió como un mantra: el primero fue reciclar el argumento de “Papo, cebollita” que le decían cuando llegaba a las finales de Batalla de los Gallos, y no lograba ganarlas; el segundo fue el acusarlo de escribirse las rimas. El argumento no parecía tan fuerte hasta que Papo intentó defenderse preguntando quién no se había escrito una, y Dto -entonces- soltó que una rima “sí, pero no una canción entera”. En relación a Papo, su performance, si bien no había sido de las mejores que tuvo en la liga, tampoco fue desafortunada: Desde el minuto de presentación lo vimos jugando con las técnicas y alcanzó su mayor rendimiento cuando la temática era Malvinas y logró contar toda una historia colectiva y familiar estructurando durante toda la temática con mucha coherencia. Para entender este resultado tenemos que volver al inicio de la nota en la que hablábamos de lo crudo y lo cocido, pues, Dto sigue representando ese tipo de freestyler que gana desde la actitud y el acote, Papo desde el estilo y las técnicas. ¿Cómo seguirá esta historia? No nos queda otra que esperar a la próxima jornada.
Epílogo: “Juez y parte”
Estuve ahí: en un avión con Papo, yendo a una plaza con Daro, Sub y Stuart para ver ganar a Mecha en una plaza de Córdoba; estuve almorzando con el Misio, fumando en la terraza con Tata, a dos habitaciones de Cacha, Klan, etc. Estuve ahí metido, peleando con la tablet para anotar los puntajes, pensando rápido, recibiendo algún insulto, y así, siempre ahí: adentro del rollo, pero ahora tengo que escribir, y escribir es otra cosa, es poner distancia y borrar la experiencia directa para hacerla inteligible. Algo muy interesante es que la gente piensa que existe lo correcto, lo justo en sí, pero en realidad somos jueces y parte de la cosa. No estamos nosotros y la batalla como cosas separada, nosotros también estamos respirando ese aire, sintiendo el vértigo, existiendo, decidiendo. En lo personal me debatía entre lo crudo de mi sentido general, el placer de ver batallas; y lo cocido de una planilla que me decía que tuviera en cuenta lo regular, los skills, el flow, las pruebas, las palabras, los personajes, etc, etc. Creo que el sistema dio así: las planillas tenían un criterio detallado, los jurados nuestras interpretaciones, el público otro más general que obligó a tirar a las planillas, a sacarlas del medio, y a que termináramos votando con la mano, como en los viejos tiempos, como en la plaza: un triunfo de lo crudo que – a pesar de mi rol- no deja de alegrarme que la FMS Argentina sea mucho más que números en una planilla.
Datos
Infranich es Profesor en Letras. Juez y cronista de la FMS Argentina. En la actualidad tiene un canal de YouTube llamado “Escuela de Rap” en el cual analiza y teoriza distintos aspectos de la cultura Hip Hop. Su mirada tiene en cuenta aspectos técnicos (cómo rimar, cómo usar procedimientos), aspectos artísticos (cómo hacer una maqueta), incluso aspectos históricos (orígenes y evolución), musicales, sociales, literarios, etc. También dirige una editorial de poesía llamada Goles Rosas.