Por Infranich
La gente suele creer que el pasado siempre es mejor que el presente. Por algún mecanismo extraño nos olvidamos de las cosas malas del pasado y elaboramos una versión perfecta de aquellos años. Otros, en cambio, se imaginan al futuro como ese lugar utópico donde nada falta. Tengo que escribir la nota para Urban, una nota que registre la cuarta fecha y no puedo. No puedo salir de esta noción que se me aparece en primer plano. No sólo porque Dtoke y Papo, dos freestylers de aquella época, lideran los primeros puestos de ésta, demostrando que han podido seguir siendo efectivos más allá del piso de su generación; sino porque este presente, el de hace algunas horas, también me parece un presente de oro; una época que no sólo vamos a recordar por muchos años sino que va a ser semilla para lo que está por venir.
Para avanzar, para salir de esta idea que seguro no pueda abandonar, repaso los títulos: Dto, Papo, Cacha y MKS a la internacional; aunque cualquiera le podría haber ganado a cualquiera, no hubo réplicas; Dtoke venció a un Nacho encendido y mantiene la punta; Trueno consiguió su primera victoria a puro flow; Papo llegó al segundo lugar, tuvo un batallón con Stuart y, al otro día, consiguió dos puntos más en el enfrentamiento reprogramado. Pero la lista podría seguir indefinidamente porque todas las batallas fueron emocionantes y con resultados abiertos hasta el final; pues, una particularidad de esta liga es, justamente, que cualquiera le puede ganar a cualquiera, y no porque haya participantes con bajo nivel, sino por todo lo contrario: uno y cada uno de los MCs de la liga tienen lo suficiente para aspirar a ganar cualquier enfrentamiento. Si en otras ligas del mismo torneo los resultados son más predecibles; la criolla supone un gran debate de estilos que hace que cada encuentro sea todo un evento, donde, nada podemos saber de antemano.
En esta pluralidad radica la riqueza de la liga argentina, una pluralidad que no se agota en diferencias de estilos sino que supone una posibilidad real de imposición. Pues, la liga nos emociona porque para ser justos, verdaderamente justos -cosa que algunos, posiblemente, no entiendan- tenemos que cuestionar nuestros gustos personales e intentar dar un paso más allá: ¿Cómo comparar gallos tan distintos como Nacho, Papo, Replik, Trueno, Klan, Cacha, MKS, Sub, Stuart y Dtoke? ¿Con qué balanza? ¿Con qué criterio? Si nos gustan los competidores de punchline veremos tongo si gana uno técnico; si nos gusta uno real, lo veremos si gana alguno que pregone el espíritu más deportivo; si nos gustan las técnicas, no vamos a entender que se impongan los competidores que no las usen, y así. Porque si en España parece prevalecer una idea deportiva donde la perfección de la regularidad es su norte, si en México es el golpe y en Chile las técnicas, en Argentina solo tenemos el presente como parámetro. Un presente que nos obliga a comparar cosas muy distintas y el resultado es el vértigo, el debate, la discusión.
En una entrevista que se hizo viral, Akapellah habló de la liga argentina y dijo que era su preferida. Enumeró a los participantes y no escatimó elogios para la mayoría de ellos. Dijo, incluso, que le gustaría participar, y desafió -con este gesto- a ser invitado en alguna jornada. Quiero que quede claro, no estoy desmereciendo a otras ligas, ni cito a esta leyenda de la cultura por un placer narcisista; quiero subrayar -simplemente- que la riqueza de la escena Argentina es la posibilidad de lo múltiple; y que éste, es signo de salud. Del mismo modo, pienso que la diversidad de estilos y criterios de todas las ligas, también lo es; y, que los cruces internacionales lo van a mostrar. En este sentido, lo que va a suceder cuando se enfrenten los países, ya sucede de manera interna en nuestra liga local.
Para terminar esta introducción me gustaría resaltar que, a pesar de que perdieron sus enfrentamientos, Nacho mostró un gran nivel -tanto contra Dtoke como contra Papo– y que parece completamente adaptado a la liga, que Stuart también lo hizo; que Replik, a pesar de estar en la parte de abajo de la tabla, desarrolla un estilo único, animándose a elaborar golpes muy creativos e impredecibles; que Sub, aunque no esté de racha, tiene todo lo necesario para recuperarse y; que Klan, el puntero de las dos primeras fechas, transmite una humanidad única. Todos esto hace que estemos, como dije al inicio, ante una época de oro, una segunda temporada abierta que cuando termine vamos a recordar por muchos, muchos, años.
MKS vs Klan: hablar freestyle.
Esta primera batalla marcó un inicio muy encendido, que luego, iba a permanecer como clima, el resto de la noche. Desde las pruebas -el hard mode lo demostró- empezaron a atacarse de manera directa y las palabras, lejos de ser una dificultad, funcionaron como estímulos para potenciar la creatividad. Resalto este aspecto porque no solo se atacaron sino que lo hicieron utilizando técnicas y adornos más allá de los obstáculos y el acote. Lo mismo sucedió con las temáticas y los personajes. La diferencia, quizás, estuvo en los minutos libres donde MKS consiguió marcar una distancia consiguiendo un minuto perfecto -barra tras barra- y otro que también se acercó a esa misma excelencia. En este momento, Marcos consiguió un freestyle que parece ir mucho más allá de las estructuras, un fluir que se asemeja más a una persona hablando que a alguien preocupado por rimar. Con esa naturalidad iba hilando las ideas y acorralando a un Klan, que luego, en su minuto de respuesta logró contestar parte de ese ataque. Con este clima llegaron al a capela y ni bien empezó se mantuvo una discusión sobre la seguridad de los MC, en este contexto, Klan soltó para terminar un intercambio:
“Todos somos bipolares, somos humanos inseguros
porque luchamos por el presente sin saber cuál es el futuro”
Increíble, sin dudas. Ante esto, MKS, respondió que eso, justamente, eso, era el freestyle: el presente. Increíble otra vez. Como anticipamos en la introducción, la liga criolla se resiste a ser solo batallas en sentido literal y busca algo más, mucho más, que solo entretenimiento. Volviendo a lo deportivo, la magia de esos minutos a sangre le terminó dando los puntos a MKS, y con éstos, se le abrió la puerta para la internacional.
Trueno vs Replik: técnicas + flow.
Más allá del resultado, esta batalla fue un deleite para todos los amantes del freestyle. Por un lado, Replik, un MC que lleva las técnicas métricas hasta el extremo: multiplicando las rimas y elaborando un discurso sonoro donde el sentido estalla donde menos lo esperamos. Por el otro, un Trueno que se vuelve musical; tanto es así, que hasta una trabada o un error termina siendo un disparador de flow. Esta complejidad nos hace olvidar los resultados y todo se vuelve arte. En este sentido, los minutos con temática de Replik -como viene sucediendo en toda la temporada- suelen ser pequeños ensayos sobre un tema, donde las ideas personales salen a la luz marcando una diferencia notable en relación a los oponentes. Mateo, en cambio, suele crecer en los minutos libres donde la seguidilla de barras le permite desarrollar su flow en su máxima expresión. Si el año pasado esperábamos que llegara el round a sangre para escuchar a Dani, este año, esperamos a Trueno. Si nos limitamos a lo deportivo, límite que para nada hace justicia a estos dos freestylers, la clave del triunfo de Trueno estuvo en la regularidad. Pues, si Replik suele variar su rendimiento -variación que está implícita en su propia búsqueda y que, a veces, logra compensar con su creatividad-; Trueno suele usar el flow como recurso nivelador. Siguiendo lo deportivo, esta derrota coloca a Replik en el fondo de la tabla y le da un respiro a Mateo. Sin embargo, hay que volver a decirlo, esta vara no parece la más adecuada para hablar de dos MCs que persiguen un sentido estético y dejan a lo pragmático y efectivo a un lado.
Papo vs Stuart: a golpe de planilla.
Esta batalla fue la que consiguió los mejores puntos de la jornada, tanto, que a pesar de perder, la planilla de Stuart superó a la de varios de los vencedores de otros enfrentamientos. Si bien la disputa tardó en empezar, fue creciendo exponencialmente hasta llegar a su final. La fórmula de Papo consistió en recuperar aspectos que ya habíamos visto en el torneo pasado: por un lado, el uso de las técnicas y la puesta en escena, por el otro, haciendo crecer al personaje del “gordo forro” que le suele servir para posicionarse en un lugar de superioridad. La de Stuart, en cambio, suele ir en búsqueda del golpe ingenioso y, a su vez, de un freestyle versátil que va más allá del punchline como único recurso. En esta ecuación de estilos -el fallo de los jurados estuvo dividido- los puntos extras de puesta en escena, flow y skills, terminaron favoreciendo al marplatense. Dos momentos me parecen interesantes de resaltar: el primero sucedió en el minuto libre. Papo lo inició hablando de las exigencias que se le suelen cargar a sus hombros y manifestó -entre rimas- que estaba cansado, harto: que si no lo acusaban de escribirlas, se lo acusaba de que se las dictaba y, si no, de que se las decían por el retorno. Increíble puesta en escena de un MC que lleva diez años batallando en un medio que parece olvidarse de esto y lo exige de manera casi inhumana. ¿Qué más tengo que hacer? Se preguntaba. ¿Qué más esperan de mí? Cualquier parecido con la realidad… La segunda tiene que ver con el santafecino: estaban discutiendo sobre la incidencia de Papo en la decisión de incluir a Stuart en la primera temporada. En este contexto -que se repitió en varios pasajes- el de Coronda agradeció aquel favor pero resaltó que ahora, en la segunda temporada, había sido él mismo quien se había ganado ese lugar.
Dtoke vs Nacho: el contraste.
Esta batalla tuvo dos climas muy opuestos: en la primera parte Nacho tomó la delantera y dominó a un Dtoke que no podía lograr golpes fuertes; en la segunda, a partir del minuto “a sangre”, la tendencia cambió rotundamente y, a pesar de que Nacho resistió los embates del puntero, los punchlines del campeón mundial torcieron el destino de la batalla. Si bien esta lógica se repitió en las fechas anteriores, es decir, que cuando llega la parte en las que los obstáculos desaparecen, el estilo crudo de Dtoke se vuelve imparable; esta vez, estuvieron mucho más pronunciados estos dos momentos. Tanto es así que el propio Nacho lo dijo en el round a capela, literalmente: me sacás una réplica pero en el resto te gané. Finalmente se la llevó Dto de manera directa y levantó algunas polémicas. En mi caso me dio empate pero quiero hacer una defensa de los jurados argentinos en general: así como hay diversidad de estilos puestos en juego, también, los hay de criterios. Querer eliminarlos supondría rechazar estilos y, justamente, la riqueza está en la variedad. Sí, quizás en otros lugares del mundo no valorarían a Dtoke y su golpe crudo, a Nacho y sus huevos, a Trueno y su infierno musical, a Replik y su desinterés competitivo, y así, con todos los competidores de la liga; los argentinos, sí. Volviendo a la batalla y más allá del resultado, Nacho mostró un gran nivel y con el freestyle adecuado como para ganarle a cualquiera en las próximas fechas.
Cacha vs. Sub: con empuje y oficio.
Luego de cuatro batallas con un gran nivel, esta última, bajo un poco la intensidad. A pesar de esto, el enfrentamiento fue muy parejo durante la primera parte. Luego, a partir del round “a sangre” se inclinó levemente hacia Cacha. En este sentido, fue el primer minuto a doble tempo el que permitió el giro. Sub lo fluyó de buena manera, sin embargo, los golpes que pudo conectar no fueron tan efectivos; Cacha, no solo logró que fueran más punzantes sino que también -con cierta picardía- uso el grito del público para parar una batalla que quizás podría haber seguido. Esta marca de oficio le permitió sacar una pequeña ventaja que luego mantuvo en el tramo final. La victoria no solo lo colocó como uno de los representantes de la argentina para la internacional sino que, a su vez, se las sacó a un Sub que había llegado al enfrentamiento con muchas chances.
Papo vs Nacho: el enfrentamiento pendiente.
Un día después de la jornada que estamos reseñando, en Tecnópolis Federal, se recuperó el enfrentamiento pendiente de la segunda fecha. Si en aquella jornada todas las batallas se habían resuelto después de una réplica, está también siguió ese patrón. Luego de este resultado quedará como dato anecdótico: cinco batallas, cinco réplicas. Otro dato curioso es que el enfrentamiento fue transmitido en directo por la TV pública. En este nuevo contexto, también se realizó una batalla exhibición entre Zaina y Wolf que mostró un gran nivel de ambos. Volviendo a Papo vs Nacho, el marplatense se la llevó después de dos réplicas, y este hecho puede ser leído como signo de cierta paridad. Durante el transcurso de la misma, Papo evitó entrar en el enfrentamiento directo como proponía su adversario. En cambio, se concentraba en sumar puntos en la planilla. Si bien no tuvo tanta efectividad como la noche anterior, a muy poco estuvo de llevarse la contienda de manera directa. Por el lado de Nacho, si el marplatense hubiese entrado en el terreno que proponía, posiblemente, sus golpes hubieran lastimado mucho más.
Epílogo: el argentino y la tradición.
Lo increíble de las distintas FMS es que cada una de ellas supone un debate sobre qué estilo prefiere cada país. En este sentido, cada uno de los participantes se presenta con distintas características y representan un abanico de ideas en disputa. Generalmente, la figura que logre conciliar todas esas partes logra imponerse. Esto se traduce en Chuty puntero y con dos campeonatos seguidos; en Aczino y su diferencia marcada de puntos planilla; en Teorema y su sello de indiscutido. En argentina, Wos había logrado ese lugar elaborando un estilo que contenía tanto flow como punchline; pero también, cierta postura real (que nos gusta mucho a los argentinos), algo de coraje, un poco de técnicas, y así. Una vez retirado de la liga, la liga se volvió cruda, imposible de resolver: pues, el criterio del justo medio ponía punto a la discusión. Según Jorge Luis Borges -en un ensayo que lleva el título del epílogo- los argentinos no tenemos una tradición única sino la confluencia de muchas. Al vivir en un lugar periférico -el culo del mundo dirá algún argento- y ser el producto de múltiples procedencias, nos nutrimos con diversas fuentes y podemos saltar de una a otra sin dificultad. Incluso, podemos oponerlas, mezclarlas, contradecirlas. Este placer por las diferencias: el asombro ante lo distinto, el enojo ante lo que no entendemos, el conflicto de criterios; son el gran espectáculo que vemos en las internacionales. Eso -quizás, a otra escala- estamos viviendo en la liga 2019. Con todo lo bueno que ya mencionamos y, también, con toda la incerteza que supone una lucha de ideas. Me pregunto: si solo hubiera un criterio ¿no sería aburrido? La única referencia que tenemos los jueces argentinos es el instante: no intentamos saber cual de los MC es mejor, sino quien lo es en el presente de la batalla: ¿no se trata de eso el freestyle? ¿La riqueza no surge de este hecho? ¿De que haya muchos caminos y no uno solo? Si vuelvo al inicio de la nota me parece que por eso esta época va a ser recordada, por eso -justamente- porque la palabra hip hop se puede decir en plural.
Datos
Infranich es Profesor en Letras. Juez de FMS Argentina y cronista de Urban Roosters. En la actualidad tiene un canal de YouTube llamado “Escuela de Rap” en el cual analiza y teoriza distintos aspectos de la cultura Hip Hop. Su mirada tiene en cuenta aspectos técnicos (cómo rimar, cómo usar procedimientos), aspectos artísticos (cómo hacer una maqueta), incluso aspectos históricos (orígenes y evolución), musicales, sociales, literarios, etc. También dirige una editorial de poesía llamada Goles Rosas.