Por: Adrián Ruiz (@adr1_98)
En la vida hay cosas inevitables, que suceden y no podemos modificar. Una de ellas es el efímero paso del tiempo. Esto lo podemos ver reflejado en nuestro aspecto físico, en el de nuestros seres queridos y en cómo nuestros recuerdos más lejanos se van deteriorando poco a poco. Hoy, es día de recordar uno de esos momentos que todos los amantes del freestyle tenemos presente en algún hemisferio de nuestro cerebro. Se cumplen siete años desde que Arkano, excompetidor de FMS España, tocara la gloria y dejara marcado su nombre con letras de oro en la historia del freestyle español.

Aquel 13 de diciembre de 2015 se vivía en Chile una nueva Internacional de la Red Bull Batalla. Arkano había logrado su clasificación tras obtener su bicampeonato nacional al derrotar en la final española a Ante. Llegaba como uno de los máximos favoritos al título y sus actuaciones, unidas al gran nivel general, hicieron de aquel evento uno de los más célebres de la historia.
Muchos son los hechos a destacar. Por un lado, Arkano se enfrentó a Dtoke en un enfrentamiento que cambió el rumbo del freestyle para siempre. Tal fue su epicidad que se convirtió en la batalla más vista de la historia, llegando a los rincones más diversos y atrayendo a una gran cantidad de público nuevo a esta disciplina. Para muchos, fue la primera batalla de su vida.
Por otro lado, Arkano puede presumir de ser uno de los únicos en vencer dos veces en un mismo día a Aczino. En este momento, comenzó una rivalidad entre ambos de las que pocas quedan en la actualidad.
Finalmente, Arkano logró llegar a la final, donde le esperaba el local Tom Crowley, participante actual en FMS Chile. Guillermo tenía la ardua tarea de vencer al chileno, arropado por toda su gente. Y lo hizo. De esta manera, logró uno de los campeonatos más duros de la historia, convirtiéndose en campeón internacional, el cuarto español tras Rayden (2006), Noult (2009) e Invert (2014).
Siete años han transcurrido ya desde aquella hazaña, que enganchó a gran cantidad de gente a nuestra disciplina. ¡Gracias por tanto, Arkano!