Por José Eduardo Sánchez (@jose.eduardoszz)
Ibsan Cuevas Alcalá, mejor conocido por su A.K.A. Lobo Estepario, es sin lugar a dudas uno de los freestylers mexicanos más populares de la escena, pues sus años de carrera y la gran experiencia con la que cuenta, así lo demuestran.
En ese sentido, hablando del conocimiento que Lobo tiene en las batallas, es posible decir que a pesar de que tiene un amplio camino recorrido, él continúa aprendiendo y mejorando, lo cual pudimos comprobar tras su participación en la segunda temporada de FMS México, toda vez que sus ejecuciones y resultados fueron mejores a los obtenidos en el 2019.

De entrada, la posición final en la tabla general nos deja ver el grado de adaptación de este MC, ya que en la primera edición terminó en el octavo lugar con 12 puntos, producto de cuatro victorias y cinco derrotas, lo que lo colocaba en la disputa por el play-off; sin embargo, al retirarse Aczino se “recorrieron” los puestos, lo que situó al mexiquense en el séptimo peldaño y evitó que tuviera que jugarse su permanencia. Para la segunda temporada las cosas fueron distintas, culminó en el cuarto sitio con 17 unidades y un total de seis triunfos y solo tres duelos perdidos, consiguiendo así un cupo para la FMS Internacional; además, obtuvo el MVP en dos ocasiones y siempre se mantuvo en la pelea por el título.
Uno de los grandes cambios que vimos en Lobo Estepario fue su desenvolvimiento en el escenario, pues se notó bastante el que se sentía mucho más seguro con el formato y con la competencia en general. Su puesta en escena tuvo una mayor presencia, debido a que a pesar de que naturalmente, el del Estado de México suele imponer por su corpulencia y rudeza, este parecía estar “amarrado” en el sentido de que se mantenía rigurosamente intimidante; mientras que ahora pudimos observarlo con soltura y un gozo que denotaba tranquilidad.
Otro de los aspectos en los que se advirtió su evolución, es en su forma de rapear y clavar el punchline. El que fuera campeón nacional de la Batalla de Gallos 2019, presentó una versión más certera de sí mismo, en la que las bases a doble tempo se disfrutaron igual que el boom bap. Del mismo modo, los remates fueron más directos, lo que le valió alcanzar puntuaciones altas por parte de los jueces en repetidas ocasiones.
También es prudente el destacar que nunca dejó de deleitarnos con esas barras explosivas que le conocemos, ya que supo cómo implementarlas en el formato de una manera más pulcra, especialmente en las temáticas y en los minutos libres. Constantemente, buscaba emplear versos que hicieran daño al rival, por lo que encajó barras que entraron directamente como dardos en el contrincante, como aquella que le tiro a Jony sobre Tess La y el beat, por ejemplo.
Indiscutiblemente, Lobo Estepario ha evolucionado en el formato FMS en gran medida, y ahora no nos queda más que esperar para ver si ese crecimiento se traslada al plano internacional, en donde próximamente estará buscando clasificarse dentro de los 16 mejores freestylers de cada liga y, ¿por qué no?, pelear por que el trofeo de campeón se quede en México.