Por Bryan Vega
Ricto y Joel, una dicotomía que empieza a llegar a buen puerto. Tras lograr una estabilidad con una familia a su merced, su trabajo como ingeniero y una liga en la que parece tener cada día más posibilidades de llegar a lo más alto, Ricto deja en claro que esto aún no ha acabado. “Ya no me siento pisoteado por así decirlo, sino que estoy más tomado en cuenta y tengo que darle hasta el final”. En una entrevista en cuarentena, el apodado “Rey de la métrica” nos cuenta sobre su vida, como ha sido su adaptación en la liga y lo que se viene para esta segunda temporada.
¿Qué has hecho para sobrellevar la cuarentena?
Lo he llevado bien. Por suerte, como soy informático, puedo trabajar desde la casa, compartir más con la familia. No estoy tan preocupado, porque tengo fe que no va a pasar nada malo. He aprovechado de escuchar música, escribir más, hacer más free y ver más series. Eso en general.
¿Qué música estás escuchando actualmente?
Me dio por escuchar a mis referentes old school, por así decirlo. Saian Supa, Big Pun, Rugged Man. Temas como más clásicos. Lo nuevo que es como más trap, más movido, me gusta pero el vieja escuela me gusta mucho más. Entonces, estoy escuchando música que escucho hace años.
¿Qué te llama la atención de los ritmos del trap?
El trap en habla hispana no me gusta, más que nada porque sus temáticas son repetitivas: dinero, joyas, mujeres. Como creerse los más bacanes y eso no me gusta mucho. Me gusta más lo gringo, más que nada porque hacen más demostración de skills, sacan flows. Y claro, quizás no entender 100% el idioma hace que el mensaje no me importe tanto, pero me gusta más que usen su habilidad para fluir más que hablar de sí mismo todo el rato. Obviamente hay excepciones como Akapellah, que hace mucho contenido en base de trap. Es un contenido más distinto.
¿Qué te produce una base de trap en una competencia? ¿Te acomoda o es más bien un reto?
Cuando improviso en mi casa me gusta mucho. Trato de fluir y demostrar más skills, por así decirlo. En una competencia trato de atacar, tener más contenido, entonces como que ahí me despreocupo de fluir. Estoy trabajando un poco para buscar más un equilibrio de fluir y decir cosas más contundentes.
Trabajas como ingeniero informático, eres un freestyler activo y además padre. Hablando de equilibrio dentro de tus tiempos. ¿Cómo haces para darte ese espacio para disfrutar aún del rap?
Es que uno es hip hop. Uno lo lleva 24/7 aunque suene cliché, porque me visto con poleras de Wutang, de Saian Supa. Escucho en mi tiempo libre rap con mi pareja. A mi hijo le gusta mucho ver beatbox, le ponemos beatbox. De repente estamos aburridos y hacemos una letra, o freestyle. Es algo que está presente en todo momento.
Cuando uno entra, desde pequeño al mundo del hip hop, sueña con entregarle como herencia a sus hijos el amor por este movimiento. ¿Cómo ha sido esta etapa de tu vida ya concretada?
Bacan. Creo que la persona que es hip hop o hace hip hop, que alguna vez lo escucha y se siente representado por eso, siente que pertenece a esto. Nosotros, con nuestro bebé chico que aún no tiene dos años, ya podemos ver que le gusta porque nos escucha rimando y el trata de rimar, aunque aún no habla. O escucha una base y la baila. Incluso, cuando era más chico y se ponía a llorar mucho, le poníamos beatbox y se quedaba tranquilo. Entonces es como que él lo va a tener presente y va a ser hiphopero. O quizás no, pero al menos que le guste es bueno.
Mucho se habla de que las batallas han perdido esa esencia distintiva del hip hop, pese a que incluso en Chile, entre la mayoría de los países, aún logra primar desde sus raíces. A tu juicio, ¿a qué se debe este fenómeno o transformación del mundo de las batallas?
Si te fijas las batallas cada vez son más populares, y son populares porque cualquier tipo de personas las puede ver sin la necesidad de ser raperos. Antiguamente uno iba a ver una batalla o a participar, sin saber quién iba. Era como: “BDM, vamos a verla”. No sabías quién iba a participar. Hoy en día la gente va según quien rapea, quien improvisa.
Obviamente ya no es requisito ser rapero para batallar. Es bueno un lado por show y malo porque se perdió esa esencia como se dice, pero es un proceso. No se puede limitar la batalla a que solo los raperos nomás batallen, sino que cualquiera lo pueda hacer. Cualquiera que le guste por “x” motivo y se considere bueno para hacerlo, tiene que hacerlo.
En redes sociales pudimos ver un comentario tuyo que decía que la jornada de Valparaíso había sido la mejor. ¿Qué hubo ese día que en otros no?
Hartos factores. El factor uno es que la fecha era la quinta, ya era la mitad de FMS, entonces todos habíamos entrado de lleno en el formato. Todos estábamos tratando de evitar el descenso o quedar en las primeras posiciones. Valparaíso también es una región muy rapera, junto a Santiago y Concepción son las más rapper. Claro que el desempeño de todos ese día fue brutal, porque se dieron muchos cruces buenos. Me tocó ser MVP, batallar con el Drose que es una bestia, pero todas las batallas fueron buenas. Ver como el Kaiser le quitaba el invicto al Teo, también como el Tom le ganaba al Nitro y tenían esa revancha. La batalla del Stigma con El Menor y su choque generacional. El Acertijo con el Pepe, batallando uno por mantenerse arriba y el otro por salir de abajo. Entonces, todo fue bestial.
Muchas veces aflora un sentimiento de nostalgia al mirar hacia atrás. Sea por momentos buenos, recuerdos imborrables o porque uno se da cuenta que los años pasan y uno se hace cada vez más viejo. A tus 30 años, ¿cómo definirías todo lo que has podido lograr en la vida?
Estoy súper conforme con lo que he logrado en mi vida. Siempre tuve esa difícil decisión de si ser ingeniero o ser rapero, porque apenas partí en las batallas ya había sacado el título de ingeniero y tenía que dedicarme a eso. Pero, por otra parte, me daban ganas de batallar, me invitaban a evento a otros países y no podía porque en el trabajo no me daban permiso.
Muchas veces renuncié por ir a las batallas, pero lo que me pasaba es que no me daba lo necesario para alimentarse ni quedaba conforme con el reconocimiento que quería y pensaba que merecía. Pero, hoy en día, tengo un equilibro. Me va bien en lo profesional, tengo una familia y mi hijo. Por otra parte la gente está valorando mucho mi estilo y justo esta competencia como FMS me da el tiempo preciso para ir, no más días por trabajo ni por descuidar a la familia. Entonces estoy conforme con lo que he logrado.
Siento que, aunque ya estoy viejo por así decirlo, sigo siendo joven y puedo hacer muchas más cosas. Creo que me falta sacar mucha música, sacar discos. En lo personal, se está logrando todo a nivel profesional, solo falta la casa, el auto, pero son cosas más materiales. Pero genial de haber formado una familia, que me haya ido bien tanto como Joel como Ricto.
¿Por qué crees que pasa eso de que hubo un «despertar» de la gente hacia tu rapeo?
Bueno por dos factores. Uno, que mi estilo igual lo he pulido con el tiempo. Que, a pesar de que he tenido fallas como lo que me pasa con la garganta, he podido salir adelante. Antes me quedaba en blanco cuando se me iba la voz y no sabía cómo reaccionar en el escenario. He sabido mejorar y no saturar tanto la métrica, ahora tengo más mensaje, juego más con el contenido y busco rimas más ingeniosas para rebuscar más la mente. Además, el formato me favorece mucho. La gente está viendo la FMS de otros países buscando algo distinto a lo típico. Eso estoy buscando dar y mientras más pasa el tiempo, mejor me adecúo. Entonces la gente está viendo mi potencial casi al máximo en lo verbal, por así decirlo.
Finalmente y a modo de reflexión, ¿por qué pasa tu decisión de seguir en la liga?
El año pasado, después de la fecha que tuve con Teorema quise retirarme de la liga. De hecho, hablé con Urban Roosters pero, por contrato, no podía. Entonces lo estaba pasando mal, más que nada porque no me acostumbraba a estar lejos de la familia, porque sentía que no me estaba valorando el jurado. La gente tampoco reaccionaba en ese momento. Tiraba buenas rimas y la gente no las gritaba pero con el tiempo fui mejorando eso. Me fui adecuando más a los tiempos, el jurado empezó a votar bien y la gente también disfrutaba.
Entonces pienso que, si ya supere este proceso, tengo que seguir para mejorar más todavía. Además, siento que tengo más nivel que dar y obviamente seguir un año más con nueva gente que subió de los parques es un reto personal. También seguir vigente, porque estoy sacando música, así que me sirve por todas partes. Ya no me siento pisoteado por así decirlo, sino que estoy más tomado en cuenta y tengo que darle hasta el final.